Cuando surgen conflictos, algunos padres, tienden a pensar que todo el peso del problema recae en sus hijos.
Pero, como sabemos todos, las relaciones son cosa de dos.
Aunque hay muchos aspectos que marcan la relación con tu hijo, vamos a centrarnos en dos en los que puedes trabajar.
❤️ La conexión con tu hijo tiene mucho que ver con el modo en que te comunicas:
Así que pregúntate:
¿Qué dices, qué no dices y cómo lo dices? ¿Qué quieres y qué no quieres escuchar?
❤️ ¿Cómo interpretas tú el conflicto?
En general, la manera en que interpretamos y nos enfrentamos a las situaciones depende de varios aspectos que serán diferentes a los de tu hijo:
¿Tenéis las mismas preocupaciones e intereses? ¿Entiendes que vuestros puntos de vista pueden ser diferentes?
En definitiva, ¿eres capaz de ponerte en el lugar de tu hijo?