Desde pequeñito, tu hijo ¿ha sido un aventurero incansable o es más bien miedoso?
Tu hija ¿suele sonreír con frecuencia o es bastante irritable?
Algunos rasgos del temperamento son:
Los investigadores Thomas y Chess distinguen tres tipos predominantes de temperamento en los niños.
(Hay que tener en cuenta que es una clasificación orientativa y, también, que muchos niños son una mezcla de los diversos grados de estos tres grupos):
No hay temperamentos buenos o malos. Cada uno tiene sus luces y sus sombras que hay que saber potenciar o contener.
Cada niño presenta desafíos diferentes porque frente al mismo obstáculo puede reaccionar de manera diferente dependiendo de su temperamento.
A pesar de que el temperamento tiene componentes heredados y biológicos, es posible modelarlo dependiendo, entre otras cosas, de tu estilo de crianza y educación.
Tu temperamento y el de tu hijo no tienen porqué ser iguales así que, tal vez debas trabajar en
Equilibrar estas diferencias temperamentales y Adaptar tu estilo de crianza a sus necesidades específicas.
Por ejemplo, los estudios indican que los niños con alta tendencia al miedo, parecen beneficiarse de estilos educativos más permisivos.
En cambio, los niños que son agresivos y difíciles de manejar suelen necesitar más límites y una rutina diaria.
Si tu hijo es más bien tímido, puedes enseñarle habilidades sociales pero siempre evitando sobreprotegerle o culpabilizarle porque no necesite el nivel de socialización de otros niños.
En definitiva, tener en cuenta, respetar y aceptar el temperamento de tu hijo favorecerá su adaptación al entorno y te evitará muchos conflictos al no forzarle a ir en contra de su predisposición natural.
Si buscas información y asesoramiento para saber más sobre estrategias de crianza efectivas, no dejes de leernos.