Siempre estando aquí y allá, haciendo varias cosas al mismo tiempo.
¿Puede la crianza provocar agotamiento? La paternidad/ maternidad es una de las tareas más desafiantes a la que se enfrentan los adultos. Muchos padres y madres están insatisfechos con el equilibrio entre su vida laboral y familiar y el estrés que, en muchos casos, conlleva.
El estrés es perfectamente normal en la crianza. Sin embargo, cuando afecta de forma severa y crónica, hablamos de Síndrome de Burnout parental (BP) o agotamiento parental.
El BP se manifiesta a través de cuatro síntomas principales:
Agotamiento físico y mental por el rol de padre o madre.
Pérdida de placer en la crianza de los hijos.
Distanciamiento emocional de los propios hijos.
Miedo a no ser suficientemente bueno o sentimiento de incompetencia.
El BP tiene serias consecuencias para los padres y sus hijos ya que pueden surgir:
Sentimientos de huida/escape físico y psicológico debido a la sensación de estar atrapado.
Quejas somáticas y trastornos del sueño.
Incapacidad para controlarse (gritos, castigos…).
Aumento de la negligencia y violencia contra los hijos.
Dificultades en la relación de pareja.
Sentimientos de culpa y/o vergüenza.
Gran sensación de soledad.
Hay varios factores de riesgo que pueden aumentar la vulnerabilidad al agotamiento de los padres:
Padres que aspiran a ser perfectos y con altos nivel de autopresión.
Carecer de habilidades para el manejo de las emociones y el estrés.
Prácticas de crianza deficientes.
Hijos con necesidades especiales o con problemas de comportamiento.
Elevada preocupación por el futuro de los hijos.
Problemas económicos o laborales.
Poca flexibilidad cognitiva.
Miedo a ser juzgado.
Si las demandas de la maternidad/paternidad te sobrepasan, busca nuevas maneras de tomar el control de la situación:
Prioriza tu autocuidado. Date un respiro, reserva momentos especiales en pareja o con amigos, practica algún deporte…
Establece normas y rutinas para toda la familia que os faciliten el día a día.