Durante una entrevista con Oprah Winfrey, la escritora Toni Morrison (ganadora del premio Nobel de Literatura en 1993) explicó lo interesante que es observar lo que sucede cuando un niño entra en una habitación.
Cuando mis hijos eran pequeños, los miraba para ver si se habían abrochado los pantalones o si tenían el pelo peinado.
Piensas que tu afecto y tu profundo amor se demuestran porque los estás cuidando.
No es así.
Cuando te ven, ven la cara de crítica. ¿Qué está mal ahora?
Así que, deja que tu rostro cuente lo que hay en tu corazón.
Cuando entran en la habitación, mi cara dice que me alegro de verlos.
Es tan pequeño como eso.
Una de las necesidades básicas de los niños es la de saber que son aceptados incondicionalmente tal y como son.
No por lo que hacen o dejan de hacer ni por su comportamiento.
Y a ti, ¿se te ilumina la cara cuando ves a tu hijo?